Dr. Renny Yagosesky
Cuando investigamos los aspectos más profundos de la naturaleza humana, resulta ineludible ver a cada persona como parte de un todo. Esa visión integradora es la que respaldan escuelas o sub escuelas de la psicología que bordean lo psicoespiritual como: la psicología transpersonal de Stanislav Grov o la psicosíntesis de Roberto Assagioli.
En una perspectiva más filosófica también existe ese modo de percibir la realidad. Los estoicos, por ejemplo, usaron el término «Sympatheia«, una palabra griega para referirse a la interconexión de todas las cosas en el universo. Afirmaban que todos los seres humanos y todas las cosas comparten una especie de unidad cósmica.
Los estoicos creían en la interconexión de todas las cosas y en la idea de que todo en el universo está relacionado entre sí. Según ellos, todo lo que ocurre en el universo es parte de un plan divino y, por lo tanto, cada evento está conectado con todos los demás eventos.
La idea de Sympatheia en la filosofía estoica se refiere a la creencia de que todos los seres humanos y todas las cosas comparten una especie de unidad cósmica. Los estoicos creían que todo en el universo está interconectado y que cada cosa está conectada con todas las demás cosas. Según ellos, esta conexión cósmica nos permite sentir simpatía y compasión por los demás seres humanos y por todas las cosas del universo.
Esta claro que somos hechos de energía, que todos compartimos un sustrato común y que aunque no sea algo evidente o visible al ojo ingenuo o descuidado, hay una supra conexión más allá de las aparentes individualidades.