Dr. Renny Yagosesky
Mucho se ha dicho y escrito acerca del poder de la mente sobre la materia. De hace milenios se cuentan anécdotas de curación y e influencia mental como testimonio de que las capacidades de influencia mental son algo real.
Personas dedicadas a la investigación, como Deepak Chopra, afirman que el cuerpo que tenemos es el producto de todos nuestros pensamientos y que el estado de saldo de enfermedad, es un resultado de la genética, y también del estilo de vida.
Fritjop Capra, destacado físico y escritor, señaló en su obra «El Tao de la Física», que el nuevo paradigma de la física, Consciencia, energía Materia, establecía que era posible desde la consciencia, es decir, los pensamientos, modificar la información energética y crear cambios en la materia. Cada día esta matriz crece y se convierte en un conocimiento masivo.
Sabemos de casos emblemáticos como el de Norman Cousins, quien se sanó de una enfermedad incapacitante con una Autoterapia de humor. Cousins se dedico a ver películas graciosas y sorprendió a los médicos con su rápida recuperación. Pensadores, investigadores y autores como Yogananda, Osho, Richard Gerber, Anoea Judith, Leonard Laskow, Andrew Weill, Jorge Carvajal, Bernie Sieguel, Hebert Benson y Joe Dispensa, entre otros, han evidenciado el poder de los pensamientos sobre el cuerpo. El mismo Joe Dispenza, fue arrollado por un automóvil que destruyo su columna vertebral. La predicción era de incapacidad y de larga recuperación si tenía suerte, y Joe asumió el reto de curarse a sí mismo, se dedico a realizar ejercicios mentales tres horas cada día, practicó yoga y en 10 semanas estaba curado de lesiones múltiples aparentemente incurables.
Más recientemente, se han dado a conocer pruebas impactantes sobre la influencia constructiva y destructiva de la mente sobre el agua, lo cual si consideramos que nuestro planeta y nuestro propio cuerpo se constituyen en un 70% de agua, bien vale la pena revisarlas. Se trata de las investigaciones del Dr. Masaru Emoto, un japonés nacido en Yokohama en 1943, Doctor en Medicina Alternativa que se dio a la tarea de investigar los efectos del pensamiento en el agua.
Piensa Emoto que el agua en su estructura más íntima está compuesta por cristales, los cuales reaccionan directamente a nuestros pensamientos. Para dejar un testimonio creíble, ha escrito un asombroso libro titulado Mensajes del Agua», que ha sido traducido y publicado en 14 idiomas, en el que se han incluido fotografías que revelan la asombrosa modificación que sufren los cristales del agua al entrar en contacto con factores ambientales diversos como la música, los pensamientos y las palabras, agentes que modifican la esencia del agua. Los análisis de resonancia magnética y microscopios, parecen eliminar todo asomo de duda sobre la revolucionaria teoría que Emoto ha desarrollado y que se puede resumir como el efecto de las energías sutiles sobre la estructura de las moléculas de los seres y los objetos. Estos trabajos plasmados en imágenes sorprendentes, evidencia nuestro poder para producir cambios en todo lo que nos rodea. Estos trabajos de investigación, revelan que nos resulta posible influir sobre los objetos y seres a nuestro alrededor, a través de lo que pensamos de ellos o de lo que les decimos verbalmente. Las implicaciones en la salud son obvias.
Como vemos, el pensamiento positivo crea cambios energéticos que se materializan pero a veces no están al alcance de nuestros sentidos. Podemos crear enfermedad y crear salud.
Un descubrimiento que ha revolucionado la relación mente cuerpo, fue la relación entre el sistema Nervioso y el Sistema Inmunológico, que sirvió de base al nacimiento de la Psiconeuroinmunología, ciencia que estudia la influencia mental y emocional en los procesos de resistencia y debilidad inmunológica. Literalmente, las células de los dos sistemas se comunican con lo que queda probado que lo que ocurre en el sistema Nervioso afecta nuestra capacidad de defendernos contra los agentes patógenos. Más recientemente, la Dra. Candace Pert descubrió unas moléculas que recorren todo el organismo, tienen memoria y se relacionan directamente con los pensamientos y las emociones. Estas moléculas especiales se denominan Neuropéptidos. Cada pensamiento produce Neuropéptidos y estos circulan por el sistema nervioso y el sistema inmune. Aunque parezca asombroso, lo que pensamos, llega a estos sistemas y afecta nuestra salud y modifica nuestro cuerpo. Así que de ahora en adelante, cuide sus pensamientos, vigílelos, pues es usted participante directo en las consecuencias de esos mensajes mentales y emocionales.
El estrés, el mal moderno, produce una activación del sistema nervioso autónomo y contribuye a la producción de Adrenalina, Noradrenalina y Cortisol, hormonas que cuando el estrés es sostenido, intoxican al cuerpo y debilitan su inmunidad. Mantenerse relajados, beneficia la salud, pues la relajación eleva los niveles de energía, impide la proliferación de hormonas toxicas y le brinda un mayor bienestar. Y las dos mejores maneras de relajarse, son: la respiración semiprofunda y constante, y el pensamiento positivo.
Las emociones negativas como la rabia, la tristeza, la culpa, el miedo, el aburrimiento, la envidia, los celos, la envidia o la desesperanza, bloquean nuestro bienestar y nos hacen perder los mejores momentos de nuestra vida. Además, afectan nuestras relaciones, pues propicia conflictos y atraen rechazo. Por el contrario, los estados emotivos positivos como la alegría, la confianza, la serenidad, la compasión y la humildad, potencian nuestro sistema inmunológico, restablecen el equilibrio orgánico y resultan beneficiosos para nuestros vínculos sociales.
Como vemos, pensamiento, palabras y conductas influyen en nuestro cuerpo y en nuestra calidad de vida. Y el lado positivo de todo esto, es que puede usted contribuir a su curación, pues si se dedica a pensar de manera positiva, estará inundando su organismo de moléculas sanadoras pues influirá en la producción de las denominadas hormonas de la felicidad: dopaminas, endorfinas, serotonina, y las interlucinas, de probado efecto anti cancerígeno.
Manténgase relajado y optimista, vigile su mente y estará contribuyendo a tener una mejor salud. Somos responsables, no víctimas de nuestro estilo de vida. No olvide que lo que dispara las emociones no son los eventos sino lo que pensamos acerca de los eventos. Vea el lado positivo, baje el ritmo y su cuerpo se lo agradecerá. Gracias por leerme.