EL ARTE DE PEDIR

Los seres humanos tenemos múltiples necesidades, y requerimos para nuestra supervivencia y estabilidad emocional, la presencia y el apoyo de otros. Parte de lo que requerimos podemos conseguirlo por cuenta propia, pero otra parte demanda el favor ajeno. Esto requiere saber persuadir, saber pedir colaboración voluntaria.

En esencia, pedir es solicitar, de alguien que nos haga algo que requerimos o deseamos. Se puede pedir por insatisfacción o por deseo de mejora.

¿Quiénes piden? Todos piden: niños, vendedores, docentes, políticos y enamorados. Todos quieren algo que algún otro tiene, Pedimos con la boca y con el gesto. Los que mejor usan las palabras piden con ellas y los que mejor manejan el cuerpo lo usan como arma y carnada.

Por desgracia, nuestras peticiones no siempre son escuchadas debido a que pedimos de manera incorrecta, a la gente incorrecta o en el momento incorrecto.

No se trata de que debamos convertirnos en pedigüeños. No se debe pedir lo que uno dignamente puede proveerse. De lo que se trata es de comprender que logran más quienes saben influir en quienes tienen más y que pedir es un arte.

Muchas veces dejamos de pedir algo que queremos, por timidez, resignación u orgullo. Sin embargo debe saberse que las personas están condicionadas para dar y les gusta dar, porque eso los hace sentir importantes y generosas.

Pedir no es algo malo. De hecho la Biblia nos invita a hacerlo. En Lucas 9 y 10, puede leerse: “Y yo os digo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Para Kopmeyer, un estudioso del tema del éxito personal, pedir es un verdadero arte que demanda dominar ciertos criterios, como: pedirle a la gente adecuada, pedir adecuadamente y pedir oportuna, paciente e insistentemente.

Pedirle a la gente adecuada implica que debe usted pedirle a quien pueda darle, a quien tenga la capacidad real. Siempre está el riesgo de recibir una negativa, pero puede reducirlo si elige usted con inteligencia antes de hacer su solicitud. Si le pide a quien no tiene, lo hará sentir mal y perderá el tiempo.

Pedir adecuadamente significa hacerlo de manera asertiva, mirando a la persona a los ojos, y expresar su deseo de manera clara y honesta, sin retar, humillarse, exigir ni amenazar, pues estos métodos producen frecuentes y estrepitosos fracasos.

Pedir oportunamente implica buscar un momento correcto. No pediría usted matrimonio en medio de un velorio, ni pediría usted un aumento apenas a una semana de haber sido empleado. Simplemente sería inoportuno.

Debe pedir insistentemente, no abandonar ante la primera negativa. Pregunte la causa del “no” y rebátala sin alterarse, argumente calmadamente y vuelva a pedir. Venza indiferencias, evasiones, posposiciones y rechazos).

Pedir pacientemente no es más que saber esperar. El “no” de hoy puede convertirse en el «sí» de mañana si sabe usted esperar el tiempo necesario de maduración de los procesos.

Recuerde que “no hay comida gratis”. Debemos dar algo a cambio de lo que recibimos. Póngase a la orden o dé antes de pedir. No actúe de manera utilitaria, pues quedará muy mal parado y lo evitarán en el futuro.

Así que valore el poder de pedir y aprenda las claves de este arte. Siga estos consejos, pida, pida más, pida a muchos, hágalo adecuadamente, de algo equivalente a cambio y se sorprenderá de los maravillosos resultados. Gracias por leerme.

Renny Yagosesky es Ph.D y MSc. en Psicología, Conferencista y Escritor.
Nota: Si va a citar parcial o totalmente este artículo, recuerde incluir el autor y la fuente.

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