COMO SUPERAR EL ABURRIMIENTO

Podría decirse que el  ser humano tiene dos objetivos fundamentales en su paso por la experiencia de la vida: lograr objetivos conscientemente y ser feliz. Para crear esos resultados requiere funcionar de manera consciente, enfocarse en las estrategias que le permitan avanzar, superar obstáculos y relacionarse con su entorno de manera inteligente y flexible.

 Sin embargo, tenemos una característica innata que conspira con los nuestros proyectos: somos seres de hábitos con resistencia al cambio. Por esta razón diseñamos, incluso sin notarlo, un conjunto de rutinas poco gratificantes que nos hacen sentir seguros pero nos quitan la alegría de vivir.  Al entrar en esa dinámica auto protectora todo nos parece cómodo pero repetido y el resultado  El aburrido vive en “lo mismo de siempre», sin entender que cada día es nuevo y que existen incontables oportunidades para los que retan el miedo a hacer y ser diferentes.

El aburrimiento  refleja nuestro esfuerzo por auto engañarnos y fingir que controlamos la vida y que tenemos estabilidad. Sin embargo, se pierde los colores de la vida, vive con poca luz y muchas sombras, ríe poco, huye de las alternativas, critica y se queja y puede vivir con la falsa certeza de que “más vale viejo conocido que nuevo por conocer”. Como dice Castilla  del Pino: «El aburrido no sabe que hacer con la realidad porque no sabe qué hacer consigo mismo.”

Para salir del aburrimiento y rescatar el brillo de la vida, es esencial entender que  el aburrimiento no se encuentra en las cosas, sino en las personas; que como afirmaba Renny Ottolina: «No existen cosas sin interés, sino personas desinteresadas».

El aburrimiento se aloja en la forma como percibimos la realidad, en el temor a perder el control y a fracasar, a ser rechazados y padecer estrés. Es una consecuencia de la pérdida de la autoestima  y debe resolverse subjetivamente no con objetos ni desde afuera.

 Para vivir interesados, animados, entusiasmados, hay que  enfrentar el miedo a ver la realidad a la cara, y comprometerse a observar el mágico universo que tenemos alrededor. El aburrimiento se combate con imaginación, con pequeños cambios en el día a día, con metas nuevas cada vez más altas. Un buen ejercicio sería  anotar las cosas que vemos, oímos, olemos, saboreamos o palpamos, que consideramos agradables de cada día. Recomiendo leer sobre nuevos temas, llamar a personas que hace tiempo no llamamos y esforzarnos por conocer otras nuevas; visitar lugares antes inexplorados, cambiar de comida, de sabores, de colores y hasta de temas de conversación.

También funciona, abandonar todo criterio superficial y generalizador sobre las cosas. Frases como  » todo  es  lo mismo», «las mujeres son todas iguales», «la gente es así” deben ser sustituidas por  otras más específicas y positivas que nos hagan pensar que hay personas diferentes, situaciones diferentes, experiencias diferentes, días diferentes. Y en realidad, así es.

 Si  nuestra vida es aburrida, siempre tendremos el poder de vencer de ese estado. La pregunta es si realmente queremos, si nos atrevemos a movernos  de esa caverna ficticia creada por nosotros mismos para vivir de una forma más intensa y gratificante aunque debamos aceptar el precio de no evadirnos, de lidiar con lo inesperado, lo inusual, lo novedoso, lo que reta nuestra voluntad  y  nuestra inteligencia.  Gracias por leerme.

El Dr. Renny Yagosesky es
Ph.D y MSc. en Psicología, Lic en Comunicación Social, Conferencista y Escritor.
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