Psicología Cognitiva y Constructivismo

Dr. Renny Yagosesky

Los tratamientos y abordajes en Psicología, derivan, en concordancia con los postulados de a ciencia, de un marco teórico que les sustenta, les da base y coherencia interna. Así, por ejemplo, la Terapia del Comportamiento, mejor conocida como Conductismo, y cuyo objeto de estudio es la Conducta, muestra un claro rechazo de todo elemento no observable, no medible, no cuantificable y no repetible, por considerar que estos aspectos no son científicos, sino metafísicos, y no son en modo alguno susceptibles de investigación científica. Debe recordarse como ejemplo, que Watson, connotado conductista, declaró en 1913 que la Psicología era una rama exclusivamente objetiva y experimental de la ciencia natural, y que su meta debía ser la predicción y el control de la conducta. Desde allí, vemos como no hay cabida para la introspección, ni nada diferente de lo estrictamente objetivo.

Esta concepción psicológica, se apoya en un marco conceptual precedente: el Dualismo de Descartes, que fue, a su vez, influencia base para dos corrientes filosóficas de gran peso histórico: el Empirismo inglés y el Positivismo francés.

El Empirismo inglés, fue promovido por figuras destacadas (John Locke, David Hume y William James, entre otros) postulantes todos, con sutiles diferencias de forma y tiempo, de las ideas objetivistas de la ciencia. Pensaban que sólo merece ser llamado científico, lo que deriva de la observación y la experiencia. El Positivismo, defendido por Augusto Comte y John Stuart Mill, asume la visión objetivista del empirismo, que fue desafiada luego por la filosofía hermenéutica, que intentaba liberar la ciencia de la rigidez positivista, que insistía en proponer un modelo metodológico único para toda investigación científica. Pensaban los filósofos hermenéuticos, qu debía abrirse un espacio para el estudio de eventos que por su naturaleza particular, no podían estudiarse con el constreñido método científico tradicional, pues dichos eventos mostraban la peculiaridad de admitir más de una interpretación.

Otra corriente psicológica, la Psicología Cognitiva, enfrentada al Conductismo, partía de una premisa claramente diferente: la cognición como base esencial generadora de las respuestas emotivas y conductuales. Para la Psicología Cognitiva, elementos no visibles como pensamientos, ideas, creencias o interpretaciones, son la clave para la comprensión de toda la dinámica humana. La base filosófica epistemológica de apoyo de esta visión, es el Constructivismo, corriente de la filosofía, que desafía la idea de una única realidad, pues considera que la realidad no puede conocerse de manera directa, sino como producto mediado por las personas, su mente y su consciencia; que el conocimiento es relativo, no correcto o incorrecto, y depende de la perspectiva y el contexto, los que al variar, originan nuevo conocimiento; y que el conocimiento es una construcción que hacen las personas de su propia experiencia.

Desde el constructivismo, se percibe al ser humano como creador o constructor de su realidad, como un sujeto dinámico que interactúa con el ambiente para configurar su realidad, por mediación conectiva entre su predisposición biológica innata que le permite aprender y crear, y las prácticas y significados socioculturales que dotan de sentido su convivencia cotidiana, y le permiten negociar, aprender e influir. Así lo declara Vigotsky, cuando afirma que la construcción de los significados, requiere del lenguaje y de la comprensión del contexto cultural donde se utiliza dicho lenguaje. En este orden de ideas, ha dicho Humberto Maturana, que es hora de hablar de la existencia de un Multiverso, una sumatoria de todos los universos mentales existentes, pues a su juicio, cada persona tiene su propio universo, diferente aunque relacionado con el de todos los demás.

Es justamente desde este marco epistemológico constructivista, que se han realizado investigaciones, formulaciones teóricas y prácticas terapéuticas en el marco de la Psicología Cognitiva. Aportes como los de Karl Lashley, Jerome S. Bruner y J.J. Goodnow, entre otros, impulsaron la necesidad de estudiar y considerar los procesos internos de las personas, y desafiaron críticamente la idea de que el organismo era impulsado desde afuera como defendían los conductistas, y plantearon la existencia de un centro interior que incluía al Sistema Nervioso, que operaba como agente motorizador, dinámico y permanente de las respuestas que damos a los estímulos ambientales, así como de la necesidad de analizar las operaciones simbólicas de la mente humana. A esto se sumaron trabajos significativos como los de Piaget, Aaron Beck, Albert Ellis, Jeffrey Young, George Kelly, Michael Mahoney y Vittorio Guidano, entre otros, que han intentado probar, con aparente éxito, que la mente es un sistema dinámico que construye significados y da sentido coherente a la experiencia del sujeto.

Visto así, resulta impensable concebir la visión cognitivista sin la base de sustentación filosófica, el Constructivismo, por lo que hay una indiscutible vinculación entre ambas corrientes, especialmente cuando se viene superando en la Psicología Cognitiva, la metáfora del procesamiento de la información, visión que a decir de Michael Mahoney consideraba que la información viene de afuera del individuo, para ser luego procesada por éste. Más bien, como han señalado Bruner, y luego Guidano, lo que hacemos es construir los significados y así producimos formas de realidad desde nuestro interior. www.laexcelencia.com

Lecturas recomendadas:

– El Paradigma Emergente (M. Martínez)
– Epistemología y Ciencia en la Modernidad (L. Damiani)
– De Cuerpo Presente (Varela y otros)

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