Para bien o para mal, eldinro existe como un mecanismo o como un vehículo neutro que sirven como valor de intercambio, que fue creado para sustituir la vieja costumbre de negociar por trueque. En un mundo donde el poder del dinero superó al poder de la fuerza física, muchos hacen lo imposible por poseerlo en grandes cantidades para satisfacer sus necesidades, complacer sus deseos e intentar llenar su vacío existencial a través de todo lo comprable. La idea de que si tengo más valgo más, estimula esta manera de actuar y vivir.
Hoy por hoy, el dinero ha cobrado una importancia tal, que cuando carecemos de él, la vida se nos descuadra y podemos llegar a asustarnos, deprimirnos, enfermarnos, paralizarnos o aislarnos, como producto de la culpa o la impotencia de no poder alcanzar un aceptable nivel de vida.
En los peores casos, la falta de visión, de confianza o de fe, ha llevado a algunos a robar o incluso a quitarse la vida, lo cual es evidentemente el producto de un enorme error de juicio, causado por la perturbación del instante agobiador. En momentos como éstos, siempre es preferible, aconsejable y necesario, buscar ayuda, orientación, asesoría, ya que lo que para algunos aparece como una situación dificilísima, puede ser fácilmente solucionable para alguien más preparado o experto. Hay que protegerse contra la desesperación y de la desesperanza.
Una amiga me contaba hace meses, que durante una época e la cual tuvo problemas por falta de dinero, casi todas sus amigas se alejaron y la ignoraron. fue un aprendizaje doloroso acerca de la lealtad y la escasez. Sin embargo, conviene entender, que los demás no son responsables de nuestra economía, ni tienen el deber de rescatarnos. Apoyar a un amigo en problemas es algo que debe nacerles.
Las causas de un mal momento económico pueden ser de diverso tipo: poco respeto al dinero, analfabetismo financiero, hábitos de consumo inadecuados, aprendizaje familiar y cultural, falta de previsión, etc.
Más allá de las causas, que son importantes, que debemos centrarnos en encontrar soluciones, en lugar de quedarnos atrapados en pasividad, la queja o la rabia. Lo necesario es tomar acciones para aprender y resolver; para prevenir y crecer.
Algunas sugerencias útiles que pueden evitarnos limitaciones de dinero, son:
Lo primero es alinear nuestro pensamiento con el optimismo y la posibilidad de recibir abundancia. Si no creo que puedo lograr algo, se me hace más difícil lograrlo. Desde la visión de puedo, valgo y merezco, se captan más y mejores oportunidades.
Es necesario confiar en uno y en el proceso de la vida. Un mes, un trimestre, un semestre o un año difícil, no significa que no servimos, que hemos fracasado. Significa que hay algo que debemos aprender, corregir o mejorar. La vida es una escuela y hay que aprobar materias; una de ellas es el dinero.
Los ambientes y las relaciones nos influyen con fuerza, al extremo que por lo general nos convertimos en aquello con lo que pasamos la mayor parte del tiempo. Así que revise las personas y lugares que frecuenta. Lo quiera o no se parecerá a ellos. Si vives en el agua, es difícil que estés seco. Personas que tengan intereses parecidos y lugares que despierten el deseo de superación son los más adecuados.
Es cierto que vivimos bajo una evidente crisis económica, lo cual lejos de asustarnos, nos impone mayor precaución en el manejo del dinero. Las crisis son contextos para la precaución, los riesgos calculados, la búsqueda de información y el sostenimiento de una actitud positiva.
Finalmente, debemos aprender a manejar las variables lógico-económicas o factores concretos del dinero: producción, inversión, ahorro y gasto. Mientras pueda, estudie, prepárese; tome cursos, termine una carrera, aprenda un oficio y, sobre todo, hágase bueno en su labor. Así podrá satisfacer la demanda en su área de trabajo.
Evite gastar y lleve un control detallado de sus ingresos y egresos. No se endeude, controle sus emociones y evite comprar por comprar. Regule el uso de las tarjetas de crédito y recuerde que, como dice el millonario Robert Kiyosaki, lo que gana no es tan importante como lo que conserva. Ahorrar para invertir, aunque sea poco, puede llevarlo lejos si es usted constante.
Podemos afirmar que mucha gente cambia cuando el dinero está cerca. Por eso debemos reducir nuestras expectativas para no desengañarnos. Si ve usted a un amigo en crisis de dinero, no lo culpe ni lo critique. Ayúdelo directamente, recomiéndele un buen libro u ofrézcale soluciones posibles. Piense que prevenir es mejor que lamentar.
Renny Yagosesky es: Ph.D en Psicología, Magister en Ciencias de la Conducta,
Licenciado en Comunicación Social, Conferencista y Escritor.
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