LA NECESIDAD DE APARENTAR

Dr. Renny Yagosesky ///

Los seres humanos somos esencialmente seres sociales.  Buena parte de lo que hacemos ha sido aprendido en el proceso de crianza y socialización, siguiendo reglas con las que no siempre hemos estado de acuerdo. El hecho de vivir en una sociedad con normas y valores  a veces distintos a nuestras verdaderas necesidades, hace que nos veamos obligados a adaptarnos  para evitar ser considerados  diferentes, equivocados, extraviados, anormales o locos.

Para lograr aceptación y reconocimiento, y para evitar reacciones o represalias, elegimos colocarnos una «careta», es decir, mostramos los aspectos más deseables de nuestra personalidad a fin de encajar mejor en los escenarios interpersonales. A veces llegamos a creer que estas estrategias resultan indispensables para evitar el rechazo y nos habituamos a formas de hablar, vestir o movernos, que nos alejan de nuestra autenticidad y nuestra real manera de ser.

La necesidad de aparentar suele ser aprendida en la infancia, cuando nuestros padres sólo nos prestan atención y nos premian si actuamos de manera complaciente, pero nos ignoran o nos reprenden si no los complacemos. También puede aprenderse por modelaje, es decir, cuando percibimos que padres u otras figuras de autoridad obtienen reconocimientos  y afecto, fingiendo ser algo distinto a lo que realmente son y comportándose al contrario de como desearían hacerlo para evitar discordias, reproches o sanciones.

Es conocido por la psicología, que muchas personas tienden a compensar sus carencias exaltando otros aspectos de la personalidad. Sin embargo, el problema de sostener esta actitud es que nos arriesgamos a creer en esas apariencias, a identificarnos con las careras sociales y se va haciendo difícil desmontar ese tinglado de falsedades y exageraciones que hemos armado para obtener amor. Como ha dicho Osho: «Si no sales de tu sueño, no saldrás  de tu ignorancia».

Algunas características comunes en muchos aparentadores, son: tienden a ser altamente competitivos, viven mentalmente en el pasado y en el futuro; dependen de modas y estilos prestados; creen que el estatus y el dinero son lo más importante; se les dificulta disfrutar de lo sencillo; su capacidad de amar y relajarse es baja; viven en permanente auto afirmación; sus palabras preferidas son «yo», «mí» y «mío», y se recuestan de las formas, las propiedades y los títulos. Si se saben atractivos, usan su cuerpo como tarjeta de presentación, y su lema mental inconsciente es “vivir hacia afuera”.

Para desmontar la necesidad de aparentar, es necesario aceptar que practicamos la aparentadera cotidiana,  conviene entender que esta tendencia es producto de la presión social y a un mecanismo infantil del ego que nos hace fingir, competir y presumir. También se requiere revisar y sustituir las creencias que nos  hacen pensar que  al ser auténticos no nos amarán. Y comenzar a probar nuevos comportamientos más genuinos y menos neuróticos.

Un ejercicio que ayuda es el de “contar los dones”, valorar las propias cualidades y convencerse de que somos suficiente con lo que somos.  En resumen, el hábito de aparentar puede resultar nocivo, nos aleja de nuestro sentido de originalidad y autenticidad, nos convierte en seres maleables por la sociedad y nos lleva a vivir desde el miedo al rechazo.  Es posible vencerlo sin dejar de ser flexibles. Vuelve a ti, recuerda comenzar a ser tú mismo. Gracias por leerme.

El Dr. Renny Yagosesky es PhD y MSc en Psicología, conferencista Internacional y autor de varios libros de Superación y Psicología Aplicada.

Nota: Si va ausar informaciónde este artículo por favor recuerde citar el autor y la fuente.

                                                      

 

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