EL SENTIDO COMÚN

Dr. Renny Yagosesky

Vivimos en un mundo de creciente complejidad. Las telecomunicaciones se han desarrollado y ahora por obra de la globalización todos pueden comunicarse con todos. Hoy por hoy, en la fabricación de un avión, pueden participar 10 países, cada uno como proveedor o encargado de una parte. Todo cambia rápidamente y la mercancía que hoy es nueva en meses puede parecer anticuada y ser desechada como chatarra.

En este escenario tan complejo y dinámico, tomar decisiones puede resultar riesgoso y abrumador, por lo que se requiere activar un súper sentido que todos tienen a la mano pero que pocos usan: el sentido común.

Defino el sentido común como la capacidad natural de personas y grupos para operar desde un código simbólico compartido, que les permite percibir la realidad, o asignarle un sentido a los estímulos que resulta obvio o natural para el común de los integrantes o miembros de esa comunidad.

Para Trout y Rivkin, es la capacidad de las personas para juzgar razonablemente las cosas. Es, pues, una forma de sabiduría compartida que algunos asocian con la intuición y otros con la experiencia previa. Como quiera que sea, esta facultad nos permite calibrar y decidir rápidamente, los modos de acción más adecuados, funcionales o adaptativos en muchas circunstancias habituales y también especiales. Lo paradójico, es que a pesar de ser una visión sensata y generalizada, es a la vez una habilidad social que muchos parecen ignorar o haber extraviado.

Es de sentido común que si un hombre va con una mujer y hay que cargar un objeto, el hombre lo cargue por ser poseedor casi siempre de una fuerza física marcadamente mayor. Se supone que la madre cuide al hijo y no al revés, salvo en casos espéciales que involucren enfermedad o ancianidad. Es de sentido común evitar conflictos, ahorrar, mantener los frenos del vehículo en buen estado, no hacer ruidos en horas en las que los demás se encuentran durmiendo y dar las gracias cuando se nos entrega un obsequio. También demuestra un excelente sentido común, el niño que espera que sus padres estén alegres para pedirles dinero o permiso para salir.

Por el contrario, no pagar a tiempo el dinero que nos ha sido prestado, seducir a la pareja de un amigo o gastarse los ingresos en apuestas, indican una carencia notable de este importante sentido.

 En el mundo laboral, por ejemplo, es indispensable servirse del sentido común para captar los estados mentales y emocionales de las personas con las que nos relacionamos, pues a veces guiarnos por las reglas clásicas puede meternos en problemas. Saber el momento para hablar con el jefe, saber cómo pedir algo a un empleado o a un compañero, saber cuándo cambiar un tema de conversación o cuándo posponer una decisión, revelan ese tino ese olfato. Saltarse la cadena de mando, denigrar de la empresa que nos da trabajo, marcharse de la oficina fuera de hora sin avisar o mantener una actitud conflictiva con personas que veremos a diario, son algunas conductas que muestran un débil sentido común.

Para activar o desarrollar sentido común, hay tres recomendaciones esenciales:

  1. Observación: observe la conducta de los demás, lo que hacen, cómo, dónde y cuándo lo hacen. Así descubrirá lo que les gusta, les disgusta y lo que les parece “normal”. Si un hombre escucha una conversación de mujeres, entenderá que la mentalidad femenina nos es como la suya. Igual ocurre con los niños, los jefes y otros grupos, que actúan desde un rol diferente. En este sentido: conocimiento es poder.
  2. Flexibilidad: conviene actuar de manera flexible, pues la rigidez nos impide ver el mundo como lo ven los demás y nos estanca en modos estandarizados de ser y actuar, que limitan nuestra capacidad adaptativa.
  3. Adaptabilidad: consiste en adecuar nuestro lenguaje y comportamiento a los requerimientos del entorno. Comer lo que otros comen o hablar de sus temas preferidos, puede bastar para encajar en espacios en los que de otro modo seríamos rechazados.

No estoy sugiriendo que nos despersonalicemos o que dejar de ser lo que somos, sino que así como bailamos en una fiesta y lloramos en un velorio, extendamos esa empatía a las demás áreas de nuestra vida. Tener sentido común tiene mucho de realismo, pues es una capacidad que nos permite ver lo que está allí, a la vista, más allá de las apariencias y de nuestras expectativas e ilusiones.      

Las personas con alto sentido común, saben ver, reconocer y encajar. Y si acaso quiere usted entrar por un camino corto, puede preguntarse: qué harían otras personas en esta situación?  Gracias por leerme. RRSS @doctorrenny

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