EL PODER DE LA INICIATIVA


Dr. Renny Yagosesky


Uno de los recursos más importantes con los que cuentan las personas que buscan superarse y lograr metas significativas, es la iniciativa, entendiendo por iniciativa la capacidad o habilidad para dar el primer paso en situaciones consideradas como oportunidades aprovechables.

Aunque pudiera parecer obvio que debemos mostrar iniciativa, lo cierto es que la mayoría de las personas tiene más bien la tendencia pasiva de esperar que las cosas lleguen por sí solas o que les sean dadas, pues muchos confían que, de manera mágica, “todo llega” o “dios proveerá”. Sin embargo, cuando nos acercamos a esas personas, podemos encontrar un déficit de audacia, de valentía, de estrategia y/o de voluntad.  

La iniciativa es una cualidad esencial, especialmente cuando requerimos cambiar y superar limitaciones, cuando estamos insatisfechos, o cuando las opciones se presentan, pero amenazan con irse pronto. Es un poder que nos impulsa a preguntar, buscar, intentar.

Esta capacidad de acción y riesgo no es una maquina ciega que opera por si sola o en toda circunstancia. Debe estar acompañada de precauciones, de método, y debe desplegarse con cierta inteligencia y en concordancia adaptativa a las circunstancias. Pensemos que el barco levanta sus velas para aprovechar la brisa, la madre corre hacia el niño cuando lo escucha llorar, y la tierra reverdece cuando llega la primavera. Hay que saber elegir el momento de la acción, pues de nada sirve un remedio cuando el paciente ha muerto.

De hecho, hay ocasiones en las cuales lo más conveniente no es actuar sino esperar, replegarse, reducir la iniciativa, como cuando nos falta información para tomar una decisión o cuando el nivel de riesgo de atreverse a algo es demasiado elevado.

No todos dan un primer paso cuando lo desean, pues hay enemigos internos que impiden que así sea. Entre esos factores limitadores destacan: la resistencia al cambio, la autocomplacencia la resignación y la negatividad. Huimos de los cambios pues nos causan tensión, nos recostamos en el confort, nos conformamos con poco y experimentamos pesimismo.

No debemos confundir iniciativa con impaciencia, pues iniciativa es acción, mientras que impaciencia es más bien desesperación. Valoremos pues esta potencia tan útil y tengamos presente que la iniciativa es una semilla que produce frutos. Gracias por leerme. RRSS: @doctorrenny

El Dr. Renny Yagosesky es PhD y MSc. en Psicología, Lic. en comunicación social, Conferencista y Escritor

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