Dr. Renny Yagosesky
Me preguntan repetidamente, cómo veo desde mi condición de orientador psicológico y motivador, el tema de la pandemia y sus efectos emocionales, y qué recomiendo como estrategia de afrontamiento en esta situación tan compleja.
Comenzaré diciendo que entiendo el problema de la manera siguiente: la pandemia llega como una situación sobrevenida, es decir, rápidamente e inesperadamente, y genera varias consecuencias en cascada: una alarma mundial que implica a cerca de 200 países, los cuales despliegan operativos de reacción y de prevención a futuro.
La base de la prevención tiene reglas básicas: cuarentena y confinamiento, protección de mucosas, lavado de manos y distanciamiento social. Y se emprende el retro de crear vacunas eficaces.
La pandemia crea entonces una crisis de salud, con enfermos por contagio y fallecimientos crecientes. Esto deriva en una crisis de movilidad, con severas restricciones o planes de transito intermitente y controlado.
A su vez, esta crisis de movilidad, genera una reducción del comercio y por tanto una crisis de productividad, con empresas cerradas, pérdida de empleos y disminución de la demanda de productos y servicios, salvo los relacionados con el tema médico.
Esta crisis de movilidad, crea también una crisis de relaciones, pues gente que se vinculaba ahora están aislados y algunos que estaba en otras ciudades o países no pueden regresar con la facilidad que tenían antes.
Y así llegamos al llegadero, pues una crisis de salud, generó unas crisis de movilidad, que derivó en crisis de movilidad, que ocasionó dos sub crisis: de productividad y de relaciones personales. Y todo esto termina detonando una crisis de emocionalidad, con agotamiento emocional, incertidumbre, estrés sostenido y en muchos casos, ansiedad y depresión.
Después de comprender la naturaleza del problema y de asumir desde una postura realista basada en los hechos y en las estadísticas actuales, es qué se puede hacer al respecto en lo individual, pues los roles de líderes, médicos e investigadores de la salud, ya están claros.
Propongo un modelo de afrontamiento de seis factores, que nos permitirán para maniobrar con éxito en el plano psicológico, es decir en lo mental, emocional y comportamental. Estos factores, son: aceptación realista, control mental, filtro informativo, adaptación creativa, apoyo social, y fe espiritual. Expliquemos:
- Aceptación realista: De nada sirve negar los hechos, que evidencian la existencia de dos enemigos invisibles como lo son el virus covid19 y la negatividad mental. Nos toca ver, asumir y reaccionar con inteligencia, sin darnos excusas ni voltear la mirada de modo evasivo. Huir de la verdad queda prohibido.
- Control mental: Los pensamientos negativos están a la orden del día. Y nuestra alberga cercad e 50 mil pensamientos cada día a mayoría de ellos de tendencia negativista. Debemos darnos cuenta de esa negatividad de y de sus efectos nocivos, para frenarlos a través de métodos como: confirmación lógica de creencias, sustitución de ideas limitadoras por otras impulsadoras, evitación de conversaciones atemorizantes y cambio del foco atencional hacia los aspectos positivos y las posibilidades de autoeficacia. Mantener los pensamientos en positivo, evita que se activen las emociones desagradables, como: miedo, rabia, culpa, apatía o miedo, pues casi siempre las emociones son derivaciones de los pensamientos. Por eso el cuidado mental es a la vez cuidado emocional.
- Filtro informativo: Hay demasiada información alarmista en las redes y portales de internet, y debemos cuidarnos de la llamada infoxicación. Saber a qué personas seguir y a cuáles no, a quiénes creerles y a quienes debemos descartar por falta de credibilidad. Hay muchas especulaciones y debemos buscar fuentes confiables.
- Adaptación creativa: Es posible que usted, como muchos, haya visto mermar sus ingresos, en razón de la reducción productiva que esta circunstancia ha generado. En vez de quedarse en el pesar o la queja, es posible revisar posibilidades alternativas y crear o asumir otros modos de generar dinero y subsanar las necesidades. Algunos han aprovechado el encierro para reflexionar y estudiar. Otros se sirven de la tecnología y de las redes sociales y crean negocios de envíos, y hay quienes enseñan al público interesado, los temas que normalmente eran parte de la profesión o del trabajo. Mejor que sufriré es aceptar y cambiar. Y cambiar es modificar lo que hacemos, para crear un nuevo y mejor futuro.
- Apoyo social: Un interesante descubrimiento de la psicología que nos resulta útil en esta situación, es que cuando estamos acompañados por gente de nuestra “tribu” (amigos o familia principalmente) el miedo se reduce considerablemente. De manera que, en la medida de lo posible, es positivo que procuremos mantener nuestros vínculos activos. Los presenciales, siempre con las precauciones del caso y los virtuales, por la facilidad que tenemos para hacerlo. Gente cerca y gente positiva, es de gran ayuda para equilibrarnos emocionalmente.
- Fe espiritual: el último factor de este modelo de afrontamiento psicológico es la fe espiritual. ¿Por qué es importante? Porque al final de la historia, como decía Buda, todos envejecemos, enfermamos y morimos. De tal forma que, si la muerte se nos ha acercado a propósito de la pandemia, tenemos a la mano un momento oportuno para comprender que somos seres pasajeros, que toda la vanidad o la preocupación diaria de poco valen en los momentos decisivos de vida o muerte. Es momento de reflexión, de reinvención, de recuperación, de “mudar la piel” y de emerger con nuevos bríos y una nueva filosofía de vida. A decir de Jeff Bezos, multimillonario y dueño de Amazon, “el nuevo estatus no lo define el dinero, sino la salud y la libertad.
Pensemos, pues, en poner en práctica estas recomendaciones, trascendamos las soluciones habituales fallidas, como: queja, crítica o resignación, para abrirle paso a una nueva mentalidad a una nueva realidad funcional.
Renny Yagosesky, es PhD en Psicología, Conferencista y Escritor